martes, 17 de marzo de 2009

Homenaje a mi antiguo corcel


Rockrider 5.2 negra. Mi gran compañera de batallas. Que bien me has servido, luchando en los más recónditos lugares y descubriendo senderos inexplicables. A lo largo de todo este tiempo te has comportado como un auténtico pura sangre. Pero ahora, cuando este humilde jinete ha pasado a otro nivel, llegó la hora de la sustitución. Mi nuevo corcel es de mucho más calibre que tú, aunque en coraje solo te podrá igualar, nunca superar. Y que mejor destino para ti, que alguien que te pueda disfrutar como lo he hecho yo. Por eso te he llevado al Mercado de la Tierra Media, el Trocathlonus, donde algún guerrero te ha hecho suya. Y que menos que este regalo de despedida. Va por ti compañera:

Oda a la bicicleta

Iba por el camino crepitante: el sol se desgranaba como maíz ardiendo y era la tierra calurosa un infinito círculo con cielo arriba azul, deshabitado.Pasaron junto a mí las bicicletas, los únicos insectos de aquel minuto seco del verano, sigilosas, veloces, transparentes: me parecieron sólo movimientos del aire.Obreros y muchachas a las fábricas iban entregando los ojos al verano, las cabezas al cielo, sentados en los élitros de las vertiginosas bicicletas que silbaban cruzando puentes, rosales, zarza y mediodía.Pensé en la tarde cuando los muchachos se laven, canten, coman, levanten una copa de vino en honor del amor y de la vida, y a la puerta esperando la bicicleta inmóvil porque sólo de movimiento fue su alma y allí caída no es insecto transparente que recorre el verano, sino esqueleto frío que sólo recupera un cuerpo errante con la urgencia y la luz, es decir, con la resurrección de cada día.

(Pablo Neruda, 1956, Tercer libro de las odas)

1 Reacciones:

Mosquito Navarro dijo...

Te quiero Truji....
no tengo palabras...
por cierto ya puedes escribir en magabucles...