—Érase una vez, un niño nacido en un pequeño pueblo. Era perfecto, o eso su madre pensó. Pero una cosa era diferente en él: tenía un tornillo de oro en su ombligo. Sólo la cabeza de este asomaba.
Su madre simplemente estaba contenta de que tuviera todos los dedos de las manos y de los pies. Pero a medida que el niño creció se dio cuenta de que no todo el mundo tenía tornillos en sus ombligos, por no hablar de que fueran de oro. Le preguntó a su madre qué era, pero ella no lo sabía. A continuación le preguntó a su padre, pero su padre no lo sabía. Le preguntó a sus abuelos, pero no lo sabían. Lo dejo en paz por un tiempo, pero él siguió insistiendo. Por último, cuando tuvo la edad suficiente, cogió su atillo y partió, con la esperanza de que pudiera encontrar a alguien que supiera la verdad. Fue de un lugar a otro, preguntando a todos los que decían saber algo sobre cualquier cosa. Pregunto a las parteras y fisiónomos, pero no pudieron ayudarlo. Preguntó el muchacho a arcanistas, caldereros y a los viejos ermitaños que viven en el bosque, pero nadie había visto nunca nada igual. Fue a preguntar a los comerciantes Ceáldicos, pensando que si alguien sabia sobre oro, serían ellos. Pero los comerciantes Ceáldicos no lo sabían. Se dirigió a los arcanistas en la Universidad, pensando que si alguien sabía sobre tornillos y su funcionamiento, ellos serían. Sin embargo, los arcanistas no lo sabían. El muchacho siguió su camino sobre Stormwal a preguntar a las mujeres brujas del Tahl, pero ninguna de ellas pudo dar una respuesta. Con el tiempo se fue a ver al rey de Vintas, el rey más rico del mundo. Pero el rey no lo sabía. Fue al emperador de Atur, pero aún con todo su poder, el emperador no lo sabía. Se dirigió a cada uno de los pequeños reinos, uno a uno, pero nadie podía decirle nada. Finalmente el muchacho fue al Gran Rey de Modeg, el más sabio de todos los reyes del mundo. El gran rey miró de cerca la cabeza del tornillo de oro asomando por el ombligo del muchacho. Entonces el rey hizo un gesto y su senescal llevó una almohada de seda de oro. En la almohada había una caja de oro. El gran rey tomó una llave de oro de alrededor de su cuello, abrió la caja y dentro había un destornillador de oro. El gran rey tomó el destornillador y le indicó al muchacho que se acercara. Temblando de emoción, el muchacho lo hizo. Entonces el gran rey tomó el destornillador de oro y lo puso en el ombligo del muchacho. Entonces el gran rey giro con cuidado el tornillo de oro. Una vez: Nada. Dos veces: Nada. Luego lo giro por tercera vez y el trasero del chico se cayó.
Espero que al menos os haya entretenido. No puedo ofreceros mucho más hasta mi recuperación. Y a ver si alguien adivina su procedencia.
FELIZ AÑO
domingo, 1 de enero de 2012
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14 Reacciones:
feliz año nuevo maquinas..!!
Igualmente.
Me lo e leido enterito y me e quedado con la intriga, bueno truji antetodo que te recuperes pronto y te volvamos a ver dando guerra por las montañas de esparta.
Gracias Pantani. Más adelante pondré de dinde li he sacado.
Feliz Año a todos los platicos.
Muy bueno el relato, El temor de un hombre sabio?
Pues nada , Truji , a seguir recuperandose , vaya jeroglifico ,mis respetos y reconocimento a quienquiera que sea capaz de discernir el origen del relato , yo me doy por vencido.
todo este puesto por alguna razon,quienes somos nosotros para dudar de lo echo por la naturaleza.un abrazo truji.
Que sabias palabras Maiden.
Me descubro ante ti Magallanes, has acertado y has demostrado tu sabiduría.
Es que Magallanes es de otro tiempo...
Esta claro el tema Truji.......el Rey es Rajoy que se apalanca el tornillo de oro en la saca.....y los ciudadanos somos el niño que ya se nos esta caiendo el culo de ver como empieza el amigo a levantar el pais.
Feliz 2012....pero permitirme que lo dude.
Feliz 2012 Ceporrillo.
Estoy contigo Ceporro, yo tambien lo dudo
Cuando conté esta historia todos se quedaron esperando algo más, pero Tempi se partió el culo (algo que me sorprendió). Kvothe.
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