Hoy tocaba remar en solitario.
El resto del fin de semana estaba comprometido en otras tareas.
Así que, con una media hora de retraso, salgo a la aventura.
Temperatura bajo cero me acompañaría toda la jornada.
A pesar de ello, me fui envalentonando y gozaba a medida que improvisaba.
Porque la ruta la tenía medio definida.
El tema era de que manera llegaría al punto B edsde el punto A.
Y es aquí, en el camino intermedio, entre A y B, donde decidí improvisar.
Ahora por aquí, ahora por allá.
Ahora bajo, ahora subo.
Así, completé una salidita nada desdeñable en la que gocé de principio a fin.
Un gel, unas nueces y unas pasas, eran toda mi energía para la contienda.
Estampa invernal...
La ruta y el perfil...
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Bajo cero.
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