Salida con los BICIA2.
Vicente, mi compañero de batallas hoy no estaba preparado para el combate.
Su bella doncella le tenía preparadas otras tareas.
Así que, tras barajar diversas opciones y rutas, la noche anterior, Mosquito fue tentado por los BICIA2, para bendecirlos con su presencia.
Y así fue.
Descarté otras alternativas, para que los BICIA2, se sintieran orgullosos de tener al Rey de Esparta por un día, cabalgando junto a ellos.
La ruta parecía ser una improvisación de lo improvisado.
Algo a lo que los BICIA2 nos tienen acostumbrados.
Los giros a derecha, izquierda, las subidas, las ratoneras, las trialeras inexistentes, todo se sucedía de forma altruista.
Como guía, el hombre de acero Tomás, al que le pone más caliente un par de buenas rampas, que un par de jacas de la comarca.
Para sorpresa, y cada vez parece ser más habitual, Óscar montaba el corcel electrificado.
Aunque hay que decir, que buena parte del trayecto lo ha realizado sin ayuda eléctrica.
Eso demuestra su buen estado de forma, pues su corcel pesa la nada despreciable cifra de 25 a 27Kg.
En cambio Siscu, el viejo Chamán de Esparta antaño, con su también corcel electrificante, no optó en ningún momento por desconectar su potro de las pilas durante la travesía.
Sólo al final, tomando unas pintas bien fresquitas en Esparta, desconectó su potro de las alcalinas.
Daniel nos sorprendió también a todos, pero para llegar 20 minutos tarde al encuentro.
Su excusa, su doncella no encontraba los calzones largos para montar a su potro.
En fin, le podemos perdonar porque es joven y tiene mucho que aprender aún.
En la posada del Celler, nos dimos a la lujuria y el alcohol, pensando en que quizás no haya un mañana.
El amigo Ceballos no asistió al encuentro.
Dicen las malas lenguas que estaba tramando planes oscuros contra la corona.
Habrá que atarlo en corto y mantenerlo vigilado.
Los víveres con los que nos dejamos llevar por la lujuria...
