DATOS TÉCNICOS SALIDA
Salida de 37,22Km
Tiempo Real pedaleando 2h 20min 46seg
Tiempo Total salida 6h 21min 39seg
Velocidad Media 15,90Km/h
Velocidad Máxima 42,40Km/h
FC Media (Mosquito) 113ppm
FC Máxima (Mosquito) 163ppm
FC Zona 1 (89-105ppm) 23%
FC Zona 2 (106-123 ppm) 34%
FC Zona 3 (124-141 ppm) 17%
FC Zona 4 (142-158 ppm) 0%
FC Zona 5 (159-177 ppm) 0%
Calorías (Mosquito) 787Kcal
Desnivel Positivo Acumulado 638m
Temperatura Media 20,6ºC
IBP 38 BYC
Ruta Olesa-Esparraguera-Cruzar NII-sendero infinito-Torre Telégrafo -Bruc-VinyaNova-Cami veinal-Esparraguera-Olesa...
Paradas Para replegarnos, reparar la rotura de desviador de Hyper Jonhy, reparar la rotura de 2 coronas del cassette de Hyper Jonhy, para cenar y para despedirnos...
Valientes guerreros Hyper Jonhy, Pirri y Mosquito...
Un día y una noche que prometían ser apoteósicas.
A la altura de aquel día en el que un hombre andó sobre la luna.
O de aquel día en que un objeto construido por el hombre voló.
Tenía que haber sido una fecha a marcar en el calendario con letras púrpura.
El día en que Hyper Jonhy apareció montando al mismísmo Belcebú.
Un animal negro azabache, de cuartos potentes, voltios a discrección, energía juvenil.
Un podenco a pilas EVO de la casa Specialized.
Se nos ha caído un mito.
El puro entre los puros.
Aquel que nunca probaría una 27" ni una 29".
El mismo que nunca tendría un único plato.
Aquel que miraba de soslayo al carbono a lomos de su corcel de aluminio resplandeciente.
Sí, Hyper Jonhy decidió pasarse al lado oscuro.
Y jope, que alegría nos generó al respetable público.
Sus primeras sensaciones eran ilusionantes.
Su cara era de felicidad absoluta.
Una sonrisa picarona asomaba en cada repecho mirando hacia atrás a su viejo compañero de fatigas Pirri, que sufría por no perderlo a lo lejos.
Hablaba en los rincones más duros porque tenía fuelle para ello.
Superaba obstáculos que antaño pensó que eran infranqueables.
Tomo regueros imposibles para jactarse de su potencia a lomos de aquel enigmático podenco.
Mientras tanto, Pirri y yo sólo podíamos mirar estufefactos aquel cuadro que teníamos delante.
Ya no era un MIRÓ abstracto de colores difusos sin un sentido lógico.
Ya no era un triste hombrecillo llorando ante los esfuerzos del camino.
Ahora se dibujaba ante nuestros ojos, una auténtica obra de arte.
Un hombre esbelto, bello, elegante, enigmático, montando con infinita elegancia un potro dorado de potentes herraduras.
Las doncellas le arrojaban claveles y otros enseres a su paso a la vez que proferían palabras obscenas que prefiero no narrar en esta crónica, por pudor.
Pero lo que bien empieza, no siempre bien acaba.
Había hecho un pacto con el Diablo y tenía que estar antes de la media noche en las caballerizas.
Y esto no lo cumplió.
Así que alrededor dela media noche su jamelgo sufrió una emboscada que acabó con todo vestigio de felicidad.
Parte médico, desviador SRAM X0 tronchado de raíz.
Las palabras que en ese instante brotaban de su boca son indignas de mencionar.
La cara descolluntada, los ojos inyectados en sangre, las venas infladas por un odio interior.
Su algarabía desapareció de súbito, como una estrella que aparece y desaparece en un abrir y cerrar de ojos.
¿Qué iba a hacer ahora?
Su suerte fue haber sido acompañado ese día por el Rey de Esparta.
Gracias a las artes curativas del Rey, pronto pudo aliviar del dolor a aquel magnífico ejemplar de 4 patas que yacía lloroso en el suelo.
El Rey sacó sus artilugios, desmontó el desviador con ayuda del Sargento Pirri.
Tronchó la cadena para poder extraer los restos del desviador.
Sacó de sus alforjas un eslabón rápido para 10 velocidades, justo el que se necesitaba en ese momento.
Aplicó sus sabios conocimientos de medicina jamélguica y operó a corazón abierto a aquel bello animal.
Y así pudieron proseguir la ronda hasta que, sólo unos pocos kilómetros más allá, un creck, volvió a hacer palpitar nuestros corazones.
2 coronas del lisiado potro saltaron por los aires.
Por Dios, esto es imposible.
Tanta mala suerte de golpe no es algo habitual.
De nuevo, Mosquito aplicó las artes medicinales secretas y sanó al potro de Hyper Jonhy oara poder continuar la salida.
Y así llegamos a la posada de la Vinya Nova, con las manos llenas de grasa.
Y no iba a acabar toda la desgracia de Hyper Jonhy ahí, no.
Ahora faltaba una última campanada de mala suerte.
Pedimos 3 entrecots, pero sólo habían 2, unavez más.
Y como no, Jonhy decidió que debía ser él quien asumiera tan infame culpa.
Por ello se comió una triste butifarra con cara de pocos amigos.
Y el resto de la historia es ya es pasado.
1 Reacciones:
Por Dios, que mala suerte.
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