Dice la leyenda que hace mucho, mucho tiempo, en un pueblo que la gente de la comarca llamaba el Prat, aparecieron unos seres misteriosos. Dicen que por las noches merodeaban por las calles buscando gente a quien chupar la sangre...Parece que hoy los Dips...han vuelto al Prat!...pero tranquilos habitantes de Pratdip, un espartano acaba de llegar.
Poco podía imaginar Truji lo que se iba a encontrar en estas recónditas y bellas tierras cuando los dioses le encomendaron la misión secreta de ir a liberar Pratdip, tierra al sur de nuestros dominios que está atemorizada por los perros vampíricos, los Dips, seres diabólicos venidos de las profundidades del aberno para chupar la sangre a los humanos. Una misión que no podía ser conocida por nadie, ni por sus propios compañeros, ya que cualquier descuido podía auyentar a tan escurridizos seres que no se dejan ver fácilmente. Y que mejor momento para esta misión que durante la marcha "Senders del Dip", pasando desapercibido entre tanto guerrero venido de todas las partes de la tierra media y que parecía que no reconocieran la presencia de un espartano.
El día comenzó temprano, ya que como la misión era secreta no podía apuntarme a la pedalada hasta el mismo día, para lo cual tuve que acudir pronto a la cita. Una vez en marcha comenzaron enseguida las hostilidades, ya que en el primer puerto ya había un premio para el ganador de la justa (el premi de la carbasa); pero yo me reservaba, no quería quemar tan pronto mis naves. Las rampas se iban haciendo duras y algunos jinetes me iban pasando; había grandes guerreros. Pero mi momento todavía estaba por llegar; y llegó justo en el momento en que empezaron las rampas más duras y técnicas; la especialidad de los epartanos. Aquí empecé a adelantar a muchos guerreros uno tras otro mientras iban a pie junto a sus corceles. No se me resistía ninguna rampa, a cual más difíci, con mucha roca y muy técnicas. Así fui avanzando poco a poco sin señal de ningún Dip. Cada vez era más duro y en las bajadas debía esforzarme para no perder tiempo. Hasta que llegué a la última de las trialeras de bajada, donde di rienda suelta a mi instinto y bajé a tropel, adelantanto también en esta zona y llegando a los últimos metros galopando desenfrenadamente hasta la meta.
La verdad es que no vi ningún Dip, aunque en todo momento notaba la presencia de un ser maligno. Los habitantes del lugar me dijeron que vieron a algunos Dips huyendo de la comarca debido a mi avance implacable; esperemos que así sea. De todas formas intentaremos volver el año que viene con más efectivos. He sufrido pero he disfrutado todavía más. La organización del evento estuvo muy bien y al finalizar la dura batalla me obsequiaron con unos cuantos presentes por mi valiosa tarea: camiseta, bidón, gorra, toalla pequeña, sobres de polvos de bebida isotónica, avellanas, aceite de oliva virgen extra, bolsa de tela, diploma y un gran ágape y acceso a la piscina para cada participante y un acompañante. Incluso me tocó, en un sorteo, un inflador de pie.
Todo se estaba preparando para un gran día
Explorando las fortalezas de la villa
Momentos antes de empezar la contienda. Estos guerreros no me rinden pleitesía, aún. ¿No conocerán todavía a Plato Pequeño?
Momentos de la batalla
Batalla finalizada. Plato Pequeño no ha concluido aquí su tarea. Todavía no hemos conquistado estas tierras. Pero volveremos. O no.
Excelente ágape al finalizar la batalla
Magníficos presentes para un espartano venido de tierras lejanas
DATOS TÉCNICOS (281 inscritos)
Sí, ayer fue nuestro tercer aniversario compartiendo aventuras con todos vosotros. Y tal y como llegó se marchó, sin grandes aspavientos ni festejos. ¿Será que ya somos veteranos y no nos gusta acordarnos de los años que cumplimos, al igual que cuando cumplimos años las personas?
