De nuevo Dioni nos saca los colores.
Decidimos, a petición de Vicente, realizar una durísima ruta del Veterano Senglar, que estarémos digiriendo unos cuantos días.
Esta ruta parece que sólo quería hacer sangre del árbol caído.
Subía por los sitios más duros, y bajaba por los más complicados.
Vicente, que además venía algo mermado físicamente por el trabajo del día anterior, parece que no tenga fin.
Su fuerza de voluntad y pundonor, son particularidades que deberían estudiarse en las mejores universidades del mundo.
A pesar de no estar al 100%, nunca se ha rendido, nunca se ha quejado, además, para colmo, ha decidido añadir el último esfuerzo del día, bajando a la riera de Sant Jaume antes de subir a Ribes Blaves.
Sin duda un caso digno de estudio.
Hemos de ser sinceros con nosotros mismos.
Hemos puesto pie a tierra en 3 ocasiones, que nos han parecido necesarias no, lo siguiente.
Primer pateo en la bajada desde la pista de despegue de los Parapentes.
Segundo pateo en la rampa previa al Coll de Can Margarit, en la Serra de CollCardús, de un increíble 28%, y del que hemos subido parte.
Tercer pateo en la trialera que parte un poco más allá del Coll de Can Margarit en la Serra de CollCardús.
El resto, como dignos sucesores al trono de Esparta, lo hemos completado sobre nuestras monturas.
Sin duda es una ruta de esas que no vas a recomendar o que no piensas repetir en tiempo, dada la extrema dureza de algunos rampones.
Tras el increíble esfuerzo, unas pintas en la morada de Vicente y a recogernos a nuestros Castillos.
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Durísima.
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