Hoy hemos decidido dar un salto cualitativo al entreno.
Vicente tenía buenas sensaciones y hemos decidido aprovecharlas.
Eso sí, rehuyendo de los desniveles, para no castigar sus lumbares.
Nos pasamos de largo la posada de San Andreu de la Barca en la que teníamos pensado almorzar.
Un error en la navegación guiada por las estrellas nos la ha jugado, estando tapadas por unas nubes oscuras.
Así que acabamos improvisando y acabamos en Sant Boi de Llobregat almorzando.
Cambiamos la posada de la China Kudeira por la posada del Chino Mandarín.
Cogemos fuerzas y buscamos el camino de la Playa del Prat.
Aquí es donde comprobamos estupefactos de primera mano, la locura humana.
Un torrente interminable de pretorianos, griegos, persas, fenicios, y otras tribus primitivas, ocupan los senderos por completo.
Se nos hace casi imposible mantener una velocidad media cómoda.
Nunca antes habíamos visido semejante orda enemiga congregada a la misma hora y en el mismo lugar.
Desconocemos si quedarían por las redes sociales para ver a su Rey pasar ante ellos.
El caso es que durante casi 35km, hemos ido constantemente sorteando todo tipo de engendros.
La verdad que a un guerrero se le quitan las ganas de batallar en estas condiciones.
Menos mal que nuestra gloriosa Esparta vive al margen de semejante caos.
Para rematar la gesta, subimos a Ribes Blaves, con las fuerzas justillas.
En ese momento, LYNKS, el jamelgo de Mosquito ha sufrido una mini emboscada.
Se le ha salido la cadena, nada que no se pueda sanar con unos puntos de sutura, y a continuar ruta.
En el inicio nos hemos cruzado con las ordas aliadas de los Plato Grande, y más adelante con Adrián Plato Grande con un compañero de batalla.
A todos hemos pasado como sino hubiera un mañana.
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Rutaca...
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