Salimos con menos tiempo del habitual.
Gestiones de importancia vital, requerían de la presencia de Vicente en un acto militar.
Así que salida de corto recorrido, pero no por eso, salida pedorra.
Hoy más bien, se trataba de darnos un homenaje en el almuerzo.
No estamos acostumbrados los platicos a pegarnos estos almuerzacos.
Más bien es propio de tribus remotas aliadas.
Pero hoy, mira tú por donde, hoy hemos decidido darnos una alegría.
El problema lógico venía después, con los litros de alcohol corriendo por nuestras venas, tocaba enfrentarse a las trialeras, los senderos estrechos.
La suerte es que todo ha salido según el guión, sin incidentes.
Tras la caída de Mosquito del pasado jueves, todas las precauciones son pocas.
Pocas molestias le quedan de la caída, sólo las cicatrices indican que algo pasó.
Vicente ya está totalmente de vuelta.
Ha recuperado su vigor y mira a las montañas cara a cara, sin ruborizarse.
Este día tenía que llegar, y es un punto de salida nuevo.
A partir de ahora, volveremos a sufrir a su espalda.
Homenaje por todo lo alto, hoy se trataba de eso, la bici, la excusa...
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Homenaje.
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