Salimos al atardecer.
Nada hacía presagiar lo que a Mosquito le esperaba.
Podía parecer una salida más.
Una patrulla nocturana más.
Pero pronto se desvelaría la verdad.
Pronto se desataría la bestia de la noche.
Cuando parecía que sería una patrulla por la zona de San Esteve de Sesrovires, de carácter pacifista.
Cuando las nubes del cielo de color negro nos asustaron por la proximidad del agua.
Entonces, Vicente se transformó.
Su maillot comenzó a rajarse.
Su Culotte se hizo girones.
Sus musculos se tornaron verdes.
Sus ojos predían como el fuego.
Su manillar parecían cuchillos súmamente afilados.
Todo su conjunto evolucionó hacia una nueva especie.
Una especie dominadora en la naturaleza.
Ya nada sería igual a su paso.
Las hierbas bajo sus neumáticos perecían ipsofacto.
Los terrones, las piedras se licuaban por el calor desprendido.
Los animales que osaban asomarse en sus madrigueras quedaban ciegos y a merced de otros depredadores.
Vicente había completado su metamorfosis.
Pasó de Niña a Mujer Biónica en un plis.
Y Mosquito...
Mosquito...
Mosquito sólo pudo llorar.
Llorar y sangrar como un cerdo en la matanza.
Como un cabrito en el matadero.
Ya nunca más sería feliz junto a su fiel escudero.
Su escudero ya no era una persona de carne y hueso.
A Dios pongo por testigo que nunca más volveré a pasar despacio por tu casa.
No, si Vicente me acompaña.
No, si Vicente se ha transformado.
Imagen tomada por un radar en el punto kilométrico 3 de los senderos del Avi, al paso de Vicente, y a su estela, si os fijáis, podéis ver a Mosquito llorando...
1 Reacciones:
A lo bestia.
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