Salimos bien temprano, cuando los primeros rayos de sol despuntaban al alba.
La temperatura no supera los 4 grados.
Zonas de frescos pastos aparecen helados a nuestro paso.
El sol no tardará en fundir el hielo de la madrugada.
El sol no tardará en calentar nuestros cuerpos perfectos.
La ruta era toda una incógnita para la tropa.
Muchos kilómetros, mucho desnivel.
No sabíamos cual sería nuestro peaje.
Pero al final, hemos comprobado que somos dueños de nuestra mente.
Que somos dueños de nuestra voluntad.
Que somos dueños de la tierra que pisamos.
Nuestro ritmo de inicio a fin ha sido continuo y constante.
No hemos gastado ni una brizna de nuestro potencial en ataques absurdos.
En esprines que nos dan títulos.
Hemos intentado salvaguardar las energías todo el camino.
Y lo hemos hecho tan bien, que hemos llegado a Esparta sobrados de energía.
Con la moral por las nubes.
Ruta de las que dejan huella en nuestros rostros.
La historia hablará algún día de la gesta de hoy.
Nuestros nombres quedarán grabados en la retina de todos nuestros enemigos y aliados de por vida.
Sólo la felicidad del trabajo bien hecho, es suficiente.
Con eso estaremos alimentados para meses.
Los senderos de Pako Suils han sido un deleite.
Hemos gozado como en la noche de bodas.
Hemos disfrutado de lo lindo como hacía tiempo.
Ya tenemos nuevos territorios para el imperio de Esparta.
Parada obligada para almorzar...
En Miravilla, La Cadireta...
1 Reacciones:
Rutón.
Publicar un comentario