Salida en solitario, ante la ausencia de última hora de mi fiel escudero.
Con no mucho tiempo para jorearme con las florecillas del bosque, decido madrugar algo más de lo habitual.
La mañana se presenta ideal, con nubes de perfil húmedo y una presión constante.
Lo justo para que la temperatura sea agradable.
Así que sin prisa ni pausa me lio con la faena.
Sube esto, baja aquello, métete por aquí, sal por allá.
Vamos, una ruta que ni sabes como comienza, ni sabes como acaba.
La gran misión del día, era probar las nuevas roldanas de una aleación cósmica de última generación fabricadas para mí, en exclusiva.
Además de comprobar la duración de la nueva batería que le he endosado a mi gestor de rutas, osea, mi carta de navegación Garmin.
A parte, si era posible, llegar a mi Castillo con más de 1000m de desnivel acumulado y perder 2kg de peso.
Pues los astros se han aliado para complacerme, hasta que me topé con los Plato Biónicos.
Todos los retos se han cumplido excepto el de llegar con menos lastre a mi Castillo del que tenía al partir.
Los Plato Grande me llevaron por el camino de la perdición.
Incluso, casi llegan a perderse en una rotonda de sentido único.
David Menavi, llegó a desvanecerse de su potro a pilas, al ver la fuerza y vigor de mi Lynks.
Los Plato Grande, ahora son un emporio empresarial que ha apostado fuerte por las energéticas.
Concretamente por las eléctricas.
Por ello, no es extraño ver a sus rocines cagando chispas en los senderos.
O meando corrientes de amperios entre el follaje del bosque.
Con ellos me he desplazado unos kilómetros, hasta llegar a una posada del camino.
Posada famosa por su velocidad de crucero y por sus exquisitos manjares.
Manjares que hemos degustado sin contemplación, bien regaditos por unos licores que ellos mismos fabrican en sus destilerías secretas.
Las botellas llegan a la mesa llenas con la misma velocidad que se marchan vacías.
Es un ver para creer.
Al final, retorno al Edén con Manolo Trialera, mientras el resto completaban su ruta dominical.
Yo tuve que añadir algo de desnivel a la ruta, al desprenderme de Trialeras, para alcanzar los 1000m de desnivel.
La montaña sagrada antes de que me sorprendieran los Plato Grande en mi salida matutina...
Momento en el que mi camino se junto al de los señores de la trifásica...
Con los Plato Grande, esperando los Grandes Platos, en la Posada: Pues No Es Tan Caro Para Lo Bueno Que Está...
Y empieza el desfile de viandas...
1 Reacciones:
Buena ruta.
Publicar un comentario