Una vez más, volvemos a enfrentarnos solos al frío y la oscuridad.
Mi escudero Vicente está en negociaciones con tribus rivales intentando conseguir buenos tratados.
Así que el Glorioso Rey de Esparta decide hacer una ruta por las tierras del Oeste, un poco dejadas de las manos de Dios.
Todo transcurre en la oscuridad y sin sobresaltos.
Pero ya de retorno a Esparta de Montserrat, en plena Calzada romana entre Esparragueus y Esparta de Montserrat, me topo de morros con 2 bestias de tamaño descomunal que generan el pánico inicial.
Al momento me doy cuenta de que ante la presencia del Rey de todos los habitantes de la zona, estos 2 inmensos jabalís me rinden pleitesía y se echan a un lado.
El resto de la incursión transcurre con notoria tranquilidad.
La ruta y el perfil...
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Noche cerrada.
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