XVII travessa Sant Joan Despí-Montserrat

El gran día llegó, y solo había dos espartanos disponibles para acometer esta aventura, que había estado desde tiempos inmemoriales en el punto de mira de los platicos; pero por una cosa u otra no pudieron realizarla antes. Una hazaña que perdurará por siglos en las retinas de los dos valientes guerreros, al igual que en la de los otros cientos que acudieron de todo el mundo conocido. Dicen que unas mil personas, quien sabe.

Cuando el astro Sol todavía no asomaba por el horizonte, sonó el despertador de Truji, momento inmortalizado más abajo, y partió raudo hacia la máquina deslizante que le llevaría cerca del punto de partida. Pero si Truji madrugó, más lo hizo Estarqui, que vestido con sus mejores galas y en compañía de Castillo, partieron para colocarse en las posiciones delanteras del pelotón. Y es que la estrategia a seguir, es que, mientras Estarqui se encargaba de controlar a los primeros, Truji controlaría a los de la parte de atrás. En la salida se vieron, y por señas se dieron las últimas instrucciones; la suerte estaba echada. Allí estaban las tribus aliadas de los Siberianos; los Yetis; los Uco; los Canigó, los Dragones, el cubano, los de aquí, los de allá, los del lado oscuro, los que no llevan sillín, en fin, un número incalculable de guerreros con las espadas en alto dispuestos a dar lo máximo de si mismos. 

Y por fin la salida. Los jinetes salieron como almas endiabladas, pero Truji mantuvo el temple y se quedó rezagado, mientras Estarqui partía con los de delante. Ya no se le vio más. Los primeros kilómetros fueron muy llevaderos y no hubo sangre para saciar a Truji, pero poco antes de llegar a nuestros dominios, comenzaría el infierno. Rampas y más rampas hasta llegar a nuestras rampas de la muerte después de Sant Pere; ahora iban a probar las mieles de nuestros territorios y conocería todo el mundo la pasta de la que estamos hechos los espartanos. Truji estaba dispuesto a hacer probar su acero valirio a cualquiera que no se inclinase ante nuestras cumbres. Suerte que no tuvo que hacerlo, porque el dolor en sus posaderas cada vez era más agudo y le acompañaría hasta el final. Y suerte también de los manjares que podíamos encontrar en el camino, suministrados por los lugareños. Incluso había un Martorell Bike sirviéndonos bebida (¿dónde se ha visto?). Hasta el final fue el sufrimiento de Truji, que haciendo alarde de su gallardía, en la última rampa apretó los dientes y dejó a un lado el dolor, llegando a meta con el sabor de la victoria en los labios. Allí pudo disfrutar de la compañía de sus aliados y comprobar que Estarqui había cumplido perfectamente su misión, dejando el pabellón bien alto.

PINCHA EN ESTE ENLACE PARA VER EL DESPERTAR DE TRUJI:

https://www.dropbox.com/s/ge1zeula2bmhjgi/video_11296113832.mp4

De camino al combate en compañía de Yetis, UCOs y otras especies.

La salida

En los primeros kilómetros, Truji todavía tenía buena cara.

Para cuando llegó a Esparta, su cara ya estaba desencajada e incluso deformada.

Justo al llegar a meta.

Ya por fin en la llegada, con nuestros amigos los Siberianos.

Descansa joven corcel, te lo has ganado.

DATOS TÉCNICOS

Distancia: 71 Km.

Desnivel positivo: 2.170 m.

Ruta: Sant Joan Despí-Montserrat 2012.

Índice I.B.P.: 157 AA

Estarqui: posición 29, 3h.46min.

Truji: posición 474, 5h.53min.