Salida regeneradora por el territorio.
Sin prisas, sin pausas.
El camino por delante es nuestra única necesidad.
El camino por detrás, el pasado más reciente.
Disfrutando del mero hecho de avanzar en la oscuridad.
Visitamos al Dyno tras muchos meses.
Pero primero nos topamos con una manada de jabalís que andaban custodiándolo.
Tuvimos que espantarlos para proseguir con el mapa de ruta.
Regresamos a casa sin tener que lamentar nada serio, más allás del plato grande de Mosquito, que salta como un resorte, y de la fisura del cuadro de Mosquito, que crece semana a semana.
Vicente presentaba heridas en el bloqueo de la suspensión, que no funcionaba.
Junto a Dyno, nuestra mascota...
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