La salida de hoy podía haberse ido al traste.
Pero gracias a la fortaleza mental de mi hidalgo caballero Vicente, se pudo llevar a cabo.
Estaba Vicente con un buen catarro, pero a pesar de ello, decidió que lo importante no se puede dejar pasar.
Y así saltó a lomos de su potro, y se lanzó a cabalgar por la estepa junto a su Rey, junto a su amigo.
La ruta, llevada siempre a ritmo tranquilo, nos resultó dura en la parte del PuigMadrona.
Y es que estas rampas siempre te exigen si no estás al 100%.
En la cantina del borde del Papiol, almorzamos bien.
Pero casi decapitamos al tonto laba del camarero.
Su poca dote para mostrarse cordial, resultó insultante.
Aunque no tanto como el precio que nos clavó.
En fin, ha perdido a dos clientes fijo.
Lo demás fue coser y cantar.
La ruta y el perfil...
1 Reacciones:
Buena ruta.
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