Ya es de sobra conocida la facilidad de Vicente para decir una cosa y no aparentarla.
Una vez más, y ya he perdido la cuenta, apareció a la hora prevista en el lugar definido diciendo que tenía las patas cansadas.
Ja Ja Ja.
Tonto de mí.
Durante unos kilómetros de tregua subiendo al Pla del Fideuer, hasta me creí su afirmación.
Pero nada más lejos de la realidad.
En cuanto su metabolismo generó el calor suficiente, su maquinaria se prestó para estallar.
Así es como pasó de 0 a 100 en un abrir y cerrar de ojos.
De repente empezó a correr, apretar, marcar ritmos altos, y todo ello con sus patas cansadas.
Ja Ja Ja.
Tonto de mí, pronto me sacó los colores, me sacó de la zona de confort, me forzó a apretar por encima de lo deseado.
De repente estábamos inmersos en una especie de carrera contra el tiempo.
Entonces medité para mis adentros, otra vez, de nuevo me la ha dado con queso.
Así que lo que iba a ser una salida con un tipo con las Patas cansadas, pasó a ser una salida con un tipo bipolar físicamente.
En fin, seguramente volverá a suceder, y yo volveré a creer a ciegas sus palabras.
Ja Ja Ja.
La ruta y el perfil...
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