Salida de riesgo.
Sabíamos que el día no era el adecuado.
Nuestros erúditos del tiempo nos venían avisando de la posible lluvia.
Incluso, como una casualidad de esas que más bien parece una premonición, veo al Hijo del Viento, Estarqui, en el inicio de mi aventura.
Estarqui, quién siempre pronostica las lluvias con un porcentaje de cierto del 99,99%.
Pues completamos el 50% de la ruta sin una gota.
Almorzamos como Dioses.
Y el retorno empezó a llover y parar de forma intermitente hasta nuestro regreso.
La fortuna fue que la lluvia no fue en ningún momento copiosa.
Además que íbamos perfectamente pertrechados para la ocasión.
En la taberna donde hicimos el alto, nos pusieron unos ágapes dignos de Reyes.
Hasta se me saltaron las lágrimas al comprobar aquellos manjares.
La ruta y el perfil...
1 Reacciones:
Buena ruta.
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