EL ENEMIGO INVISIBLE

A lo largo de la historia, Esparta ha visto peligrar su dinastía por las más terribles atrocidades imaginables. Hemos sido testigos de innumerables ataques de hordas de todo tipo: desde seres bicéfalos del inframundo a bestias pestilentes mordorianas; hemos librado batallas con nobles guerreros de los territorios conquistados; hemos sobrevivido a la ira de los dioses y las fuerzas de la naturaleza, e incluso tuvimos que salir adelante después de los incendios que asolaron la biblioteca real. Pero nunca esperábamos que tuviéramos que vérnoslas con un enemigo como el que nos acecha estos días. Un enemigo invisible que provoca que salir al combate sea peor que quedarse en nuestras guaridas. Pero los espartanos nunca nos rendimos. Eso lo saben todos, incluso los que han estado en la reserva durante las últimas edades. Así pues y sin mediar palabra, sin planificar nada, poco a poco, los espartanos se han ido pertrechando y haciendo acopio de víveres y papyrus higiénicus, y han ido haciendo incursiones por nuestra tierra. Eso hicieron Truji y Jose ruedasfinas, que después de un retiro que parecía definitivo, y a riesgo de que el que se hace llamar rey, les aplicara un juicio sumárisimo, han vuelto a montar sus corceles y por sorpresa se han encontrado en el campo de batalla. Y es que a pesar de todo la sangre de Leónidas o algo así, todavía corre por sus venas. Cabe destacar la labor que ha hecho Mosquito durante todo este tiempo, manteniendo las fronteras a salvo; al final vamos a tener que forjarle una coronita. Fronteras que de momento no podemos traspasar debido a las restricciones del Senado, el cual debería plantearse concedernos la condición de servicios esenciales para la salvaguarda del reino. Pronto Esparta, volverá a dominar toda la tierra que baña el Sol.

Será esta la última hazaña transcrita por el escriba Truji. Quién sabe, pero como todos los que han pasado por las filas de Esparta, siempre acudirá en su auxilio. Aú, aú, aú!!!