Celebramos el cumpleaños de un pipiolo de los BICIA2, Daniel.
En principio, Vicente y Mosquito no íbamos a asistir, pero ante tanta insistencia, aceptamos el ofrecimiento de escoltarlos.
Pero la alegría en la casa del pobre no dura mucho.
Así que, con no más de 2 kilómetros recorridos, Vicente dio la voz de alarma.
De nuevo su corcel reventó la cincha a pedos.
O lo que es lo mismo, su montura se debilitó, dejando el culito de Vicente desprotegido de toda adversidad.
Así que pronto abandonó Vicente a la tropa, que siguió rumbo al norte.
Los BICIA2 no tuvieron compasión ni entre ellos mismos, se comían los ojos los unos a otros.
Javi Galaico, que reapareció tras una larga convalescencia, no podía seguir el ritmo infernal de sus compañeros.
Ni siquiera derramaron una lágrima por el bueno de Javi, que sacando coraje de no se sabe donde, continúo avanzando contra viento y marea.
En la posada de la veinteañera, disfrutamos como espartanos de un manjar a la altura de pocos.
Y de colofón, unas velas para Dani más falsas que las tarjetas black de los banqueros.
La guinda del pastel, los senderitos hasta la Roca Foradada, a donde el corcel de Manuel llegó sin ningún tornillo flojo esta vez.
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Felicidades
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