Hoy tenía clara la ruta desde hacía días.
Son de esas ocasiones en las que tienes claro tu cometido.
Nada perturbó los días antes mis ganas de llevarla a cabo.
Nada nubló mi mente con perezas, sueño, desmotivación.
Estaba convencido, la ruta del compañero de batallas Sergio Pérez, era mi misión.
Poder llegar desde el folde Oeste a la Creu de L´Aragall, era un itinerario novedoso.
De hecho, gran parte de esta ruta ha sido 100% nueva para mí.
Descubriendo nuevos caminos, senderos, trialeras, enlaces.
La verdad es que he disfrutado mucho.
Sólo un pero se le puede poner a la gesta de hoy.
Mi cuerpo sin los alimentos necesarios, acaba bajando las revoluciones al pasar de los kilñómetros.
Y es que la noche anterior no me preparé como debía, es decir, no cené.
Y hoy, al levantarme, no he desayunado como debía.
Y durante la ruta, no he parado a almorzar como se merece una etapa así.
Un gel y unas nueces con pasas, acompañadas de agua, ha sido toda mi ingesta.
Y la ruta de hoy necesitaba algo más de gasolina.
Subestimé a mi presa y casi lo pago caro.
Las trialeras de descenso desde Aragall y desde Castillo de Gelida eran espectaculares y divertidas.
Pero como iba solo, y no soy precisamente un especialista del descenso, decidí hacer algunos tramos a pie.
Tramos que sin duda, en compañía de otros guerreros haría a lomos de mi corcel.
La ruta y el perfil...
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Dura.
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