Hoy, como muchos otros días, no dispongo de un plan meditado.
No tengo una motivación extra para hacer esto o aquello.
Para ir aquí o allá.
Para llanear o escalar montañas.
Además hace frio y no invita a salir de mi morada.
Además las sábanas me atrapan entre sus lujuriosos pliegues.
Pero a pesar de tantos factores en contra, una vez más, logro echar mi cuerpo escombro a la calle.
Saco a mi rocín OIZ a rastras de las cuádrigas.
Y comenzamos a trotar, desganados, sin motivación, como si cada rampa fuera un suplicio.
Pero a pesar de ello, conducido por el virus del MTB, poco a poco voy haciendo todas las rampas que me encuentro en mi camino.
Me meto en todas las trialeras y senderitos chulos que me cruzo.
Y así, poquito a poco voy ascendiendo y sumando desnivel como el que no quiere la cosa.
De esta forma llego del tirón, sin descanso, hasta Sant Pau Vell, por encima del parquing de Can Massana, desde donde las vistas son espectaculares.
Aquí me bajo de mi corcel, y mientras éste come unos brotes tiernos de hierba, yo me meto un gelecito y una barrita.
De aquí a mi castillo ya sólo queda bajar lo ascendido.
No sin antes hacer un Slalom y algún otro senderete en modo Flow.
Y mira tú por donde, que tras el Slalom me topo con 2 viejos amigos.
2 gloriosos guerreros que antaño luchaban por Esparta con honor.
Ahora, malheridos por las múltiples batallas se arrastran para ver un nuevo amanecer.
El Hijo del Viento, junto a El Señor del Castillo, están recobrando su parte del pastel de la historia de Esparta.
Se han lanzado de nuevo a los campos para retomar el pulso a las batallas.
Pero eso no fue todo.
Justo antes de cruzar el puente de madera sobre el rio con cocodrilos que da acceso a las murallas de Esparta, me topé con otros 2 guerreros.
Se trata esta vez de Adriano Runner a tiempo parcial y su escudero.
Venían de jartarse embutidos en el Bruc y poco más.
Lógicamente, al verme, mostraron pleitesía y me acompañaron hasta Esparta de forma casi obligatoria.
Y como quién no quiere la cosa, un día que podía ser otro normal, sin más, acabó siendo otro gran día de gestas.
1 Reacciones:
Buena ruta, buena gente en el camino.
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